Los caballeros y damas a investir procedían de varios lugares de España: Melilla, Barcelona, Oviedo, Cantabria y Sevilla.
Las ceremonias religiosas, presididas por la Gran Priora y Legada Magistral para el Reino de España Sor Cruz Celdrán, fueron oficiadas por D. Isaac.
La vela de armas, antiquísima tradición del Temple en la que los caballeros y damas se preparan espiritual y físicamente para la investidura, fue seguida con gran solemnidad y recogimiento por los numerosos caballeros y damas presentes, provenientes de todas las Encomiendas.
La investidura, seguida con mucho interés por invitados y público, en cuanto que reoite la fórmula de armar caballeros que usaban los templarios medievales, es especialmente emotiva para aquellos que, desde ese momento, se comprometen en la defensa de la Iglesia y de los valores que recoge la tradición cristiana y del mundo libre.