Con este motivo, cumpliéndose pues los 900 años de tal transcendental decisión, se han reunido en París los pasados 9, 10 y 11, Templarios del mundo entero. Momento emocionante cuando los miles de Templarios y Templarias presentes lanzaron al Sena una rosa blanca cada uno, bajo el Pont Neuf, lugar donde la desidia de un Papa y la avaricia de un Rey martirizaron en la hoguera al último Gran Maestre Templario del medioevo, Jacques de Molay.
Durante los actos se celebró también una numerosa investidura internacional de nuevos Caballeros y Damas del Temple. Los Templarios estuvieron acompañados por caballeros de otras órdenes militares y contaron con la presencia entrañable de una representación ecuménica y de la Iglesia católica de la que los templarios se consideran fieles hijos y servidores.
La delegación española a los actos estuvo presidida por la Gran Priora del Reino de España, Sor Cruz Celdrán, a la que acompañaron un nutrido grupo de caballeros y damas del Gran Priorato español.