Con gran brillantez, con un profundo espíritu fraterno y gran religiosidad, se ha celebrado la investidura y cruzamiento de nueve Caballeros y una Dama. Los actos centrales tuvieron lugar el viernes 20 y el sábado 21 de septiembre en la iglesia de Santa María Magdalena.
El viernes se celebró la Vela de Armas, tradición medieval en la que sólo participan los caballeros y damas profesos, además de los 10 neófitos que se investían. Es la ceremonia de la admisión definitiva de estos neófitos en la Orden del Temple y en la que los candidatos ratifican su compromiso con la presencia cristiana en el mundo, con la Iglesia y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan por un orden mundial más justo, más solidario, más respetuoso y más respetable.
El sábado se ofició la entrega de los distintivos de la Orden, que son el Blanco Manto templario, la Cruz de la Orden y la espada ceremonial. El acto, ya con la presencia de las autoridades invitadas y de los fieles de la parroquia de la Magdalena, fue seguido por todos – dentro de la celebración de la Santa Misa - con una intensa emoción. Los templarios abandonaron procesionalmente el templo después de escuchar el himno nacional, que fue acogido, por parte del público presente, con un gran aplauso.