Día 29 San Saturnino, Patrón de Pamplona.
Comienza el tiempo de preparación para la Navidad. Este año nuestra Navidad será
diferente. No nos quejemos, al contrario, veamos esta situación como una
oportunidad, un don para vivir una Navidad distinta, íntima, sin ruido, una verdadera y
originaria Navidad. El nacimiento de Jesús debe marcar nuestras vidas para iniciar
nuestro nuevo nacimiento. El que no nace de nuevo no verá el Reino de Dios.
Debemos nacer en el mundo del Espíritu. Lo nacido de carne, carne es, y lo nacido
del Espíritu, espíritu. El espíritu de Dios no es el humano, no es el cerebro, no es el
intelecto, ni el alma. Las cosas de Dios sólo se entienden con la inteligencia del
corazón cuando está iluminada por el espíritu divino. El viento sopla donde quiere, y se
oye su ruido, pero no se sabe de dónde viene y a dónde va; así es todo el que nace
del Espíritu.
Catecismos de la Iglesia Católica. Primera parte: La profesión de la Fe.
Primera sección: Creo – creemos.
Capítulo Segundo: Dios viene al encuentro del hombre. La Sagrada Escritura.
21. ¿Qué importancia tiene el Antiguo Testamento para los cristianos? (121-123)
Los cristianos veneran el Antiguo Testamento como verdadera Palabra de Dios: todos
sus libros están divinamente inspirados y conservan un valor permanente, dan
testimonio de la pedagogía divina del amor salvífico de Dios, y han sido escritos sobre
todo para preparar la venida de Cristo Salvador del mundo.
22. ¿Qué importancia tiene el Nuevo Testamento para los cristianos?(124-127)(139)
El Nuevo Testamento, cuyo centro es Jesucristo, nos transmite la verdad definitiva de
la Revelación divina. En él, los cuatro Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan,
siendo el principal testimonio de la vida y doctrina de Jesús, constituyen el corazón de
todas las Escrituras y ocupan un puesto único en la Iglesia.
23. ¿Qué unidad existe entre el Antiguo y el Nuevo Testamento?(128-130)140
La Escritura es una porque es única la Palabra de Dios, único el proyecto salvífico de
Dios y única la inspiración divina de ambos Testamentos. El Antiguo Testamento
prepara el Nuevo, mientras que éste da cumplimiento al Antiguo: ambos se iluminan
recíprocamente.
24. ¿Qué función tiene la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia?(131-133)141-142
La Sagrada Escritura proporciona apoyo y vigor a la vida de la Iglesia. Para sus hijos,
es firmeza de la fe, alimento y manantial de vida espiritual. Es el alma de la teología y
de la predicación pastoral. Dice el Salmista: «lámpara es tu palabra para mis pasos,
luz en mi sendero» (Sal 119, 105). Por esto la Iglesia exhorta a la lectura frecuente de
la Sagrada Escritura, pues «desconocer la Escritura es desconocer a Cristo» (San
Jerónimo).
Estén preparados y vigilando, porque no saben cuándo llegará ese momento. Cuando un hombre va al extranjero y deja su casa, entrega responsabilidades a sus sirvientes, cada cual recibe su tarea, y al portero le exige que esté vigilante. Lo mismo ustedes: estén vigilantes, porque no saben cuándo regresará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o de madrugada; no sea que llegue de repente y los encuentre dormidos. Lo que les digo a ustedes se lo digo a todos: Estén despiertos.
El Adviento es un tiempo de preparación a la llegada del Mesías, pero representa dos llegadas, la del nacimiento de Dios, y la de la segunda venida al final de los tiempos. Cada uno de nosotros tenemos un tiempo establecido y no sabemos cuándo llegará nuestro final, así que debemos estar vigilantes en una tensa espera.
El texto me recuerda que soy débil, que olvido con facilidad que llegará el final de los tiempos y lo retraso en el tiempo, me entrego a los placeres de la vida, sin pensar que mi final de los tiempos puede ser hoy mismo. Me cuesta mantener la guardia.
Padre quiero pedirte perdón por bajar la guardia, por dudar de tu mensaje, por olvidarme de Ti, por entregarme a la vida fácil.
Acepta la mirada del Dios que te ama. Acepta tus nuevos ojos para mirar al ser humano, al mundo, para verle a él y conocer su voluntad. No es momento de preguntas sino de permanecer en calma ante Dios, de sentir ser mirados, y quedar abrazados a la Palabra que nos salva.
1- Posición y relajación del cuerpo, en pie, sentados o arrodillados cada uno asumiendo la postura que favorezca más su concentración. Lo importante, independientemente de la posición que se adopte, es colocarnos con la actitud de un ser ante su Creador y Padre, rodeados y acogidos por su fortaleza y ternura y transportados al tiempo eterno.
2- Cerrar los ojos. Calmar toda emoción. Silenciar toda actividad mental discursiva e imaginativa. Alcanzar el máximo de intensidad para, como sugiere el Papa Francisco sentir que “La oración no es magia, sino un confiarse en el abrazo del Padre. Tú debes orar a quien te engendró, al que te dio la vida a ti concretamente”.
3- Desde esa actitud, sintiendo como dice Francisco que “tenemos un Padre cercanísimo que nos abraza”, recitamos el Padrenuestro de forma sentida:
Versión en Latín:
4- A continuación, siguiendo la indicación de nuestro padre San Bernardo que dice que “ésta es la voluntad de Dios: quiere que todo lo tengamos por María”, rezaremos el Ave María.
5- Continuamos centrando la atención dentro de nosotros mismos, en el corazón, tratando de sentir la presencia del Espíritu de Dios en él. Y así, siguiendo el ritmo de la respiración, según el método de Oración Hesicasta decimos interiormente: